domingo, 6 de marzo de 2011

El Trueque

El trueque consiste básicamente en intercambiar un objeto o servicio por otro sin que medie dinero en la operación. En este sentido, puede decirse que el trueque forma parte de la prehístoria de la economía. Se trata del precursor del comercio como lo entendemos hoy en día y quizás de la primera forma de comercio que haya existido.
El trueque fue lo que permitió a los primeros asentamientos humanos dar el siguiente paso y crecer hasta convertirse en poblados. Aunque posiblemente se practicase desde siempre, el trueque empieza a cobrar fuerza cuando surgen los primeros excedentes productivos en las comunidades como método para mejorar su eficiencia. Si un determinado terreno no era apto para el cultivo o sus habitantes eran buenos cazadores, podían prescindir en parte de esa actividad e intercambiar su caza por plantas, armas o cualquier otra cosa que necesitase.
Sin embargo, el trueque presenta importantes limitaciones desde un punto de vista del desarrollo económico. La primera es que será necesario encontrar a alguien que quiera intercambiar lo que nosotros deseamos por lo que él ofrece, lo que puede consumir mucho tiempo. Como respuesta a este problema surgen las casas y mercados de intercambio en las que bastaba con depositar la pieza para que ellos se encargasen de llevar a cabo el trueque. Esto nos lleva al que quizás sea el mayor inconveniente de este sistema: la dificultad de calcular el valor exacto de las cosas que vamos a intercambiar. Al tratarse en muchos casos de alimentos perecederos, animales y herramientas, resultaba complicado determinar el ratio de intercambio. ¿Valen lo mismo dos gallinas que un cerdo? ¿Y que una lanza y una red de pesca? ¿Y si el cerdo parece enfermo?
Aunque limitado, el trueque siguió existiendo y de hecho ha llegado a nuestros días. ¿Quien no ha intercambiado unas horas de bricolaje por, por ejemplo, ayuda con el ordenador? En épocas de crisis es cuado el trueque revive como fórmula de ahorro, ya que no implica ningún gasto monetario.
En definitiva, el trueque ha sido, es y será una fórmula recurrente de comercio.
finanzzas com

viernes, 4 de marzo de 2011

TRUEQUE FAMOSO

Dibujos a cambio de consultas médicas. Esa era la fórmula de Dalí para pagar las facturas, aunque en este caso era el médico el que salía ganando. Quince dibujos inéditos con los que el artista español pagó al dermatólogo que lo trató desde 1972.
 Las obras, que pertenecen a la colección de Edmund Klein, reconocido investigador estadounidense especializado en el tratamiento del cáncer de piel y cuyos servicios contrató Dalí (1904-1989), jamás se habían expuesto.
Según ha explicado el portavoz de la familia del doctor, Paul Chimera, durante una década Klein trató en Nueva York, Francia y la Costa Brava española el cáncer de piel que sufría Dalí. Klein y Dalí trabaron una buena amistad, por la que el pintor catalán pagaba "de manera poco convencional" el tratamiento médico al que se sometía: con dibujos que creaba expresamente para el doctor, a quien también personalizaba y dedicaba otras obras.